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Este año ha sido la primera vez que he subido a la semana de la moda de Madrid, La Merche a.k.a Cibeles. Iba con ganas, ilusión y sin invitación para ningún desfile de Ifema.

Aún así me dije – que yo soy mucho de hablar conmigo mismo – “Manu, súbete y disfruta del fin de semana. Conoce todo esto y aprovecha para relajarte y cambiar de aires”.  Ni corto ni perezoso engatusé a Gema, mi mejor amiga y buena fotógrafa, para pasar un finde madrileño. Rodeados de un marcado aire kitsch en el hostal donde nos hospedamos hemos afrontado y aprovechado este tiempo polar para conocer en primera persona la MBFWM, el primer año híbrido entre pasarela y concesionario.

Hoy no voy a contaros cosas sobre los desfiles o las propuestas del próximo invierto; pero sí trasladados las experiencias y sensaciones que he tenido en esta, mi primera visita al Cibelespacio.

¿Y tú de quién eres? Un fallo imperdonable: Como ya os comenté si me habéis leído en Twitter, como soy muy tonto se me olvidaron en Granada mis icónicas gafas amarillas y por tanto mi seña de identidad fundamental así que se podría decir que acudí a Cibelespacio de incógnito… Si es que siempre pasa, que te olvidas lo más importante!

¿Seguir a la manada?: Increíble el ambiente gregario, incluso sectario, que se respiraba en cuanto a “personalidades” y estilos. Podías diferenciar perfectamente a las manadas de preppys, de londers, de modennos, de gayers, de seventies o de ladys…. Nadie duda de que se sigan las tendencias más marcadas y que todos los que acudimos sentimos interés por ellas, pero me encontré con mucho más “aparentar” de lo que incluso supuse. ¿Todo fachada y aparentar? ¿Dónde queda el ir a descubrir cosas nuevas?

¿Glamour o trabajo?: Esta claro que el Cibelespacio se nutre del sentimiento aspiracional pero no debemos olvidar que Mercedes Benz Fashion Week Madrid se trata de una muestra pública, internacional y real de un amplio trabajo de creadores o  equipo. Todo estaba anclado en una sensación de “lujo” y cierta “frivolidad” donde se
debería respirar profesionalidad de un sector muy importante en España. Lo más interesante para mí – por mi formación – fue el área de prensa y blogueros donde se estaba trabajando. También hay que pasárselo bien pero… ¿Hacer cola para conseguir un vaso de agua, sin atender a la retransmisión el desfile, de verdad tiene algo que ver con nuestra moda?

Un showroom fantástico: Genial el espacio dedicado a los diseñadores noveles o emergentes, donde poder descubrir VERDADERAS revelaciones y novedades – de ideas, de diseño y de creación – de la moda española. Debería potenciarse aún más, así como el propio EGO.

Encontrarse y re – encontrarse: Me ha parecido un lugar estupendo para encuentros y re.encuentros. Sin duda, volver a ver a Carmen de Milowcost o Almudena de Moda es todo lo que pasa de moda ha sido un placer. Me quede con ganas de conocer a muchos más referentes en este ámbito; prometo que la próxima ocasión lo que me dejaré en casa será la vergüenza, no las gafas!

¿Que hay debajo de la moqueta? ¿La moqueta esta puesta por mero glamour? No lo creo. Está para ocultar las pisadas y “restos” que los miles de visitantes van dejando. Es curioso el detalle en el que se fijó Gema al salir al área de fumadores, donde se arremolinaban la pelusa, el pelo sintético o incluso las lentejuelas sueltas en las esquinas y escalones… Tened cuidado, no vayáis a despiezaros en MBFWM!

Los cinco céntimos de la discordia: En una pasarela como la de esta semana con el frio polar invadiendo Madrid ¿Qué hacer con el abrigo al llegar al Cibelespacio? Guardarlo en el ropero! Buena idea hasta que descubres que el ropero cuesta, muy concretamente, 1.65€ por prenda. En esta ocasión no vengo a quejarme de caro, sino que me hace gracia la concreción del detalle (no 1.50€ o 2€. Son 1.65€). ¿¡Quién tasa y por qué motivos se estima necesario esos 5 céntimos clave!? Pues por esos puñeteros cinco céntimos tuve que cambiar un billete de 20€!!

Muestra Absolut: Otro puntazo del espacio fue la vitrina con creaciones inspiradas o elaboradas según la filosofía de mi vodka prefe ever…. y ¿cómo no?, tenían que salir cosas tan molonas como estas…

En resumen una experiencia molona pero lo tengo bastante claro: La próxima vez subo si voy a ver algún desfile, ya que puedo pasar sin hacerme una foto en un mercedes, diseñar una camiseta para Vogue, que Víctor Blanco me haga una crítica blandita y amable al estilismo – no subí que me dio corte pero imagino lo que habría dicho – o sacar un 7.9 en el analizador de estilo con la frase “Sencillo pero elegante”. Gracias salao!

Fotos (y diseñadora): Gema Reyes Vico