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En muchas ocasiones no somos conscientes de cómo ha llegado a ser tan chulo ese vaquero desgastado que llevamos, ni cuantas vidas ha dejado en el camino…

¡Vaya! me ha salido una frase un poco melodramática y bastante demagógica, pero completamente cierta si conocemos detalles como los de la noticia que nos comunica hoy la web Pinkermoda sobre todo lo que hace falta para conseguir unos vaquero desgastado. Queda tan bien explicado que he preferido fusilar algunos párrafos…

blue jeans fabric close up

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La ONG Setem explica en un comunicado que la moda de los vaqueros desgastados está costando decenas de vidas y miles de enfermos en países productores de este artículo textil como Turquía, Bangladesh, China e India. El aspecto desgastado se consigue en la mayoría de casos mediante la técnica del sandblasting, que consiste en aplicar un chorro de arena directamente sobre la tela vaquera.
Setem denuncia que este método, que está prohibido en Europa, – no se usa desde los años 90, pero son precisamente los países europeos los principales clientes de esos vaqueros desgastados –  “resulta muy rentable a las grandes marcas que lo  utilizan, aprovechando la deslocalización de su producción y sin importarles el elevado coste en la salud de las personas que trabajan aplicando esta técnica”. […].  El sandblasting se prohibió en Turquía en 2009. Desde entonces, la producción de vaqueros desgastados ha aumentado en otros países como Bangladesh, China, Pakistán, India o Siria.

Según datos facilitados por Setem, se estima que actualmente cerca de 5.000 empleados del sandblasting están afectados de silicosis, una enfermedad crónica que les impide trabajar y hacer vida normal. De ellos, al menos 46 han fallecido. La silicosis es una enfermedad profesional ocasionada por la sílice de la arena, muy conocida en la minería, pero aún no reconocida dentro de la industria textil. Los mineros tardan 20 años en presentar esta enfermedad. Los trabajadores del sandblasting, sin embargo, caen enfermos en sólo seis meses.

La ONG denuncia también que las empresas conocen las consecuencias del sandblasting, pero muchas de ellas “prefieren hacer oídos sordos”.  “Tal es el caso de Pepe Jeans, Armani o Diesel, que han rehusado todo diálogo con la Campaña Ropa Limpia y no han dado ningún paso para eliminar el sandblasting de su cadena de confección”, afirma. La ONG explica que, gracias a los contactos realizados por la Campaña Ropa Limpia en nuestro país, importantes firmas como Levi-Strauss, Inditex, C&A y H&M, entre otras, ya se han comprometido a prohibir el sandblasting en su cadena de producción. “No obstante, no han informado aún de qué medidas usarán para vigilar el cumplimiento de esta prohibición”, apuntan. El Corte Inglés se compromete a dejar de vender en todos sus centros aquellas prendas de marcas propias que tengan un tratamiento de acabado con chorro de arena, que sustituirá por otras que empleen métodos alternativos que no comporten riesgos para los trabajadores del sector textil.

Sin duda me hace reflexionar sobre la implicación, no sólo industrial o empresarial, sino incluso persona o sanitaria de la producción de mucha de la ropa que nos ponemos. Imaginaos si esta técnica será fuerte si se usa habitualmente para pulir y limpiar de pintura la carrocería de los coches. En este caso se ha demostrado su efecto en los trabajadores relacionados con el mundo textil  y – gracias – se le está poniendo remedio. Por ese motivo es importante descubrir cómo, dónde y a causa de qué están realizadas muchas de nuestras prendas.  me hace mirar con otros ojos procesos industriales que aunque parezcan normales, pueden acarrear grandes consecuencias. ¡Que tu vaquero desgastado no se convierta en un alegato contra la naturaleza!