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…pero que otros lucen orgullosos

Reflexión sobre el estilo, el estilismo, el concepto y ante todo, la autoestima y cara dura de muchos hombres apasionados por la moda.

El mundo de la moda es apasionante, no estoy descubriendo nada nuevo. Miles de ideas, miles de propuestas, miles de consideraciones y ante todo, miles de personas para interpretarlo y mezclarlo todo. Los hombres ocupamos un lugar cada vez más relevante en este ámbito, tanto el industria como en estilo, y cada vez son más los listados de los hombres mejores vestidos, hombres con estilo, etc… Si sois lectores habituales del blog sabréis que mi estilo diario suele ser poco estridente, tirando a básicos, y con alguna salida de tono puntual para hacer la vida más llevadera. Pero ¿Hasta donde podría llegar mi frikismo fahionista?

Anoche dialogaba con Luis G. Chacón, un hombre con un estilo impecable, a través de Twitter sobre la necesidad de quitarse “vergüenzas” a la hora de apostar en moda.  Como veis, soy poco valiente… pero me fascina encontrar gente que lo es.

¿Cuál es el problema? Que muchas veces se confunde riesgo, estilo o estridencia, con mamarrachismo. En el ámbito de la moda masculina nos encontramos con una fina línea casi incapaz de diferenciar ambos términos y que muchas veces viene inspirada por espejismos, autocensuras y poca apertura de mente. Otras veces, se trata, únicamente, de personajazos puros y duros.

Egobloggers masculinos, enganchados a tumblr o simples frikazos se pasean por internet y por los asientos de alguna que otra pasarela para demostrar que, si bien no podemos llamarlo límites, la moda masculina tienen ciertos límites.

Y no, no hablo de géneros (unos pantalones pitillo de mujer pueden quedar genial a un rocker delgaducho, o Kanye West puede lucir orgulloso su kilt de Givenchy), sino de referentes estéticos, visuales y ante todo de apariencia.  El otro día Becaria de la Moda (blog de referencia que sigo y recomiendo) reflexionaba sobre J.W. Anderson y los códigos de género en el mundo de la moda en un post sobre el balance entre o masculino y lo femenino, del cual destaco:

Las mujeres llevan años jugando a experimentar con el armario masculino(boyfriend jeans, camisas oversize, maxi blazers…) y según Jonathan Anderson, “ahora es el momento de que sean los hombres los que experimenten con su armario, o de lo contrario, se verán condenados al aburrimiento de la norma establecida para el vestuario masculino”.

Pero todos sabemos que los experimentos hay veces que salen bien y otros que casi hacen explotar el laboratorio. En cuanto al éxito, o no, de un estilismo masculino radical y diferente entramos en aspectos tan poco objetivos como el gusto personalidad, la razón, los prejuicios, el deseo o incluso la envidia. Cuando hablamos de chicas la cosa esta menos radicalizada, no en estilismos imposibles, sino en implicaciones “negativas”.

Sería imposible argumentar un alegato lógico de por qué considero que un estilismo de hombre es mamarrachesco o por el contrario ha conseguido replantear el modelo clásico masculino de una forma interesante. Aún así, hay algunos ejemplos que pueden ayudarnos a verlo un pelín más claro.

Algunos ejemplos

Un blog que no te puedes perder para descubrir algunos “¿pero esto que es?” masculinos es You Never Wear That, homenajeado en el título de este post. Allí vemos una serie de esperpentos – si, es esa la definición más adecuada – masculinos que explorar, quizá saltándoselos a la torera, los límites de la apariencia masculina.

A nivel internacional destaco a Jeroy, del blog House of Jeroy (o podéis ver sus looks de un vistazo en su Trendtation), sin duda personalidad y carisma – y un armario que ya quisierais muchas – no le falta a este muchacho.

 

En nuestra piel de todo tenemos a Álex Gibaja de ClubFashionista  o a Paul Montt que hacen de cada uno de sus estilismos un objeto de polémica.

Por supuesto, y en ningún caso, estoy diciendo que todos tuviéramos que ir trajeados – aunque reconozco que sería un poco molón – ni que exista una única visión del imaginario fashionista masculino, pero lo que esta claro es que aún nos chirrían ciertas cosas y no soy del todo capaz de responderme a la pregunta:

¿Nos chirrían por prejuicios y poca permeabilidad o nos extrañan por que no responde a una consecución razonable? 

Sólo quería reflexionar en voz alta y tratar de definir la implicación de mamarracho en el mundo de la moda, La RAE nos trae la clave:

mamarracho. (Delár.hisp. *muharráǧ o *muharríǧ, y este delár. muharriǧ, bufón). 1. m. coloq. Persona o cosa defectuosa, ridícula o extravagante. / 2. m. coloq. Cosa imperfecta. / 3. m. coloq. Hombre informal, no merecedor de respeto.

Pero, como soy bipolar, no quería acabar este sin el alegato:  ¡Que viva la diferencia, que viva la distinción! y…

Que cada uno se ponga lo que quiera… ¡y lo defienda como pueda!