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Tres modelos digitales protagonizan la nueva campaña de Balmain. Reflexiono sobre la idoneidad (o no) de dicha decisión.

Hace unos días la marca Balmain, capitaneada por Olivier Rousteing, presentaba su nueva campaña. Esto que ocurre (mínimo) un par de veces al año en cada marca no tendría mayor revuelo. ¿Qué ha hecho que esta campaña cope titulares no solo en medios especializados en moda? ¡Es la primero que cuenta como protagonistas con modelos digitales! Si, tal cual, las nuevas integrantes de la “Balmain Army” (la manera de llamar a las y los modelos que forman parte del equipo de imagen la marca) no son mujeres “reales”. Literalmente. Están realizadas por ordenador.

Sus nombres son Margot, Shudu y Zhi y según la página web de la marcatodos son bienvenidos a unirse al creciente rango del Balmain Army; solo necesitan compartir nuestro audaz espíritu de aventura, tal y como hacen nuestros nuevos iconos virtuales que reflejan belleza, estilo rock y seguridad”. Es decir, para formar parte de la marca no hace falta que seas real, con ser rockera ya vale.

Considero una nueva forma estupenda de llamar la atención, proponer algo nuevo, jugar con los límites de la realidad y por supuesto de apostar por algo nuevo, pero creo que deben verse más como fuegos de artificio que como “el futuro de la moda”.

Hay que valorar el esfuerzo de creatividad y realización de la campaña, orquestada por el fotógrafo Cameron-James Wilson, con estas modelos que podrían pasar por reales (con un poco de photoshop – cosa que también es habitual en las campañas), pero aunque la publicación de Instagram de Balmain cuenta con casi 40.000 likes no todos los comentarios son positivos. Entre ellos destacan «no pueden competir con la esencia de una mujer real«, «es una muestra de que no quieren pagar a modelos reales» o «que le vendan la ropa a las modelos virtuales porque yo no voy a comprar eso».

¿Qué es lo mejor (y lo peor) de tener modelos virtuales?

Vamos a empezar por lo positivo, si quiera Oliver (u otra marca que las contrate). ¡Podrían volar! Naomi Campbell es el ser más maravilloso de la tierra, pero no vuela. Minipunto para el equipo de las muñecas online.

Pero fuera de bromas, me gustaría enfocarme en la gran contra que les veo. Crear modelos consigue crear una imagen aún más falsa, fría, distante y frívola de la propia moda, y más aún de la marca que cuenta con ellas.

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Una marca que no viste a mujeres reales (aunque sea un concepto limitado y en el que sabéis que me posiciono en contra ya que todos y todas somos reales) sino que directamente visten modelos hechas ad hoc no puede pretender empatizar con sus consumidoras. Si bien es cierto que las modelos perfectas y reales, como todas las que componen la Balmain Army son difíciles de emular, sí que tienen historias que contar, pasado, presente y futuro, curvas (más o menos, según), imperfecciones y sobre todo esencia. ¿Puedes empatizar igual con un Sim que con Cindy Crawford? ¿A Cindy Crawford la dejarías sin escaleras en una piscina hasta que muera? Si ya se jugaba con la ilusión en las campañas y editoriales de moda, las modelos virtuales son capaces de llevarlo a la enésima potencia.

El trabajazo de crear a estas modelos virtuales.

Independientemente de lo que suponga para las marcas, el trabajo que se esconde detrás de la creación de estas modelos es alucinante. ¡Fijaos en el detalle del pelo y demás! Se podría decir que es un prodigio digital, no solo de imagen ya que su diseño y creación es complicadísimo, sino también de programación para dotarla de la mayor realidad posible. Solo hay que ver vídeos como este que aparece en su Instagram.

 

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@oscardelarenta #jewelry . . Amazing earrings 3D work by fellow artist @dejidigital . #daz3d #3dart #blackfrodolls

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En esta ocasión, la campaña de Balmain y la inclusión de estas tres “chicas” en la Balmain Army han sido realizadas por la empresa de 3D, Clo3D. Hay que dar valor a este trabajo de creación brutal. Al César lo que es del César. Para darle aún máscredibilidad, han querido darles su propia personalidad – creándole cuentas de Instagram donde muestran «sus trabajos». Una de ellas, Shudu, se autodenomina The World’s First Digital Supermodel.

El tiempo dirá si esto se queda en elementos puntuales o consiguen hacerse un hueco en el mundo de la moda.