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Los viajeros experimentados a principios del siglo XXI coleccionaban durante sus viajes pegatinas y etiquetas

Louis Vuitton- “Muéstreme sus maletas y diré quien es”. Así rezaba el eslogan publicitario de un anuncio de Louis Vuitton de 1921, creado para la apertura de su primera tienda en los Campos Elíseos de París, en el que aparecía una curiosa ilustración de un botones de hotel acarreando las maletas de uno de sus huéspedes.

Como homenaje a la originaria relación de Louis Vuitton con el mundo del viaje y los hoteles de lujo, el llavero Groom (240€) recupera de nuevo la figura del botones, aquel discreto personal que era capaz de conocer de antemano la generosidad de una futura propina simplemente observando con detalle las maletas de un cliente. Según un bien informado periódico de la época, los porteros y botones marcaban el equipaje del viajerotanto literal como figurativamente y en función de cómo y dónde colocaran las etiquetas de su hotel – com “muy generoso”, “malo”, “antipático pero bien”, “sin experiencia en viajes o incluso “desagradable sanguijuela”.

A principios del siglo XX, durante la era de los suntuosos hoteles de lujo, la clientela, ávida de nuevas experiencias, tomaba trenes y barcos transcontinentales para visitar las grandes capitales del mundo – Nova York, París, Londres, Shangai y Tokio. Los viajeros experimentados coleccionaban durante sus viajes pegatinas y etiquetas insignia de aquellos hoteles, para utilizarlas después como elemento decorativo en sus baúles Louis Vuitton. Sovint las iniciales de sus propietarios también adornaban discretamente estos baúles, enmarcadas por dos bandas de color a los lados, pintadas a mano, que rememoraban el diseño de un escudo de armas de familia.