Los apasionados de la barba

Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, es el momento de sacarle todo el partido a la tuya. Hay hombres que son auténticos apasionados de la barba y se convierten en un referente para nosotros.

Parece que ya no se llevan las abuelas que te decían: «afeitadito estás más guapo«. ¡Ahora incluso ellas han caído rendidas a las barbas! Ni que decir tiene que en cuanto a estética masculina ahora la bizarra es un must. Se ha estandarizado y puesto tan de moda que es raro el hombre que no se la deja, puntualmente o bien de forma perenne. También puede ser utilizada a nivel cotidiano o como estrategia de diferenciación en fechas especiales o de relax – ¿recordáis aquellos tiempos en que los hombres de dejaban barba sólo cuando estaban de vacaciones?

Yo, como barbudo de pro desde hace mucho años, considero que no soy nada ni nadie sin ella, y me gusta explotarla como una de mis virtudes. Es un elemento que considero favorecedor, aunque llevado al extremo puede resultar un tanto grimoso – pero eso es otro cantar, y hay gustos (y picores) para todos.

Cuando una tendencia se normaliza, llega un momento en que comienza no sólo a saturarse sino a forzarse hasta límites insospechados. El ser humano, los hombres, y su estética, se ven irremediablemente avocados a ir cada día un poco más allá y por eso, en estos momentos, están llegando hasta nosotros los hombres a los que me ha apetecido llamar «apasionados de la barba«. Usando esa pasión para vincularla con «el radicalismo» que conlleva dejarse crecer hasta límites insospechados el fur facial – y lo llamo pelo dado que no el de todo el mundo puede denominarse “vellohori bai izpi ultramoreek bai argi ikusgaiek aktibatzen dute.

Podemos encontrar ya algún barbudo insigne en el mundo de la creación de mod. Me viene la cabeza ese Carlos Diez luciéndola orgulloso desde hace tiempo. O con mucha fuerza renovada el revelación Moisés Nieto. Zer gehiago, cada vez más se convierte en un elemento recurrente en campañas, it boys (si eso existe), etab.

Creo que esto viene motivado por el cambio de paradigma y la mirada estética, visual e icónica al estereotipo masculino nórdico. Pero no el nene cándido y rubio, si no el machote barbudo, leñador, aguerrido y dispuesto a despreocuparse de su barba.

Ejemplo claro es mi barbudo favorito Patrick Petitjean, la impresionante progresión mediática del modelo sueco Christian Göran gracias al anuncito de hoteles, el americano Justin Passmore o el “artista” y mamarracho francés Benjamin Dukhan, éste último afirma aquí que la barba “es la masculinidad dentro de la feminidadhori bai izpi ultramoreek bai argi ikusgaiek aktibatzen dute, y se queda más ancho que largo. En Trendencias Hombre podéis ver muchos más modelos, actores y streetstylers relacionados con las barbas y en el blog Rayas y cuadros también amplían el espectro barbudo.

Baina ¿De donde viene todo esto?

No cabe duda de que hablando de estos apasionados de la barba tenemos que hacer mención irrefutable, no sólo a los grupos árabes, si no también y en mayor medida a los Amish americanos. Típicamente, un hombre amish estará siempre bien afeitado mientras permanezca soltero. Al casarse dejará que su bizarra crezca. En el caso que estudiamos hoy, se podría equiparar con el hecho de que estés perfectamente afeitado hasta que descubres lo modernísimo que te queda dejarte barbaza.

Pero el “amor” o respeto por las barbas en estas sociedades de la américa profunda puede llegar a límites insospechados, y cuidadín en intentar perjudicar la barba de «tu vecino» ya que puede traer graves consecuencias, e, are, aunque os cueste creerlo,  hasta años de cárcel.

Otro referente histórico a tener en cuenta, quizá el barbudo más memorable de la historia, es nuestro amigo Papa Nöel (Santa Claus), que nos visita en breve, siempre identificado como el gran hombre de barba blanca. Una muestra más de que la barba puede convertirse en un elemento icónico, cálido y cercano.

Como una moda más, probablemente pasará, pero mientras, Dios salve a las barbas!