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EL IGLÜ.  Mercedes Barrutia. / @merbarrutia / www.mercedesbarrutia.com

zapatos gánster

Y digo que estoy muy cerca porque, voilá, ya he conseguido los zapatos. Sé que en la película “Extraños en el tren” (Hitchcock, 1951), el lenguaje audiovisual nos dice que el malo es el de los zapatos blancos y negros y el bueno el de los zapatos monocolor brillantes. Vale. Me da igual. Soy mala, muy mala. Señores diseñadores y productores de ropa y calzado: miren mis zapatos y detecten mi mala leche.

El caso es que me siento feliz porque voy cumpliendo todos y cada uno de mis sueños. A mi ritmo, despacito y sin prisa. Hace poco llevé a cabo un protocolo de actuación que fue lo más parecido a robar un cuadro (uno de mis sueños). Y hace poco estos zapatos se cruzaron en mi vida, así que también estoy muy cerca de convertirme en una gánster, de esas con mucha clase, mucha pasta y cómo no, de traje de chaqueta blanco con corbata, sombrero inclinado y flequillo ondulado. Vale, y labios rojos, aunque para esto tendré que esforzarme mucho.

Mis zapatos sólo tienen un inconveniente que no tiene mucho que ver con ellos. Y es la talla: un 42,5. Más o menos los pies de Krusty, pensarán ustedes. Pues… bueno… El caso es que también tengo zapatos del 41, incluso unos del 40; y una vez compré, en compañía del Señor de las Gafas Amarillas, unos del 43 (propuesta para Cuarto Milenio). El mundo de las tallas se vuelve sombrío, oscuro, plúmbeo y con una cierta niebla que empieza a tocar los ##@@#@… .

Pero es que, si  me pongo a pensar, también tengo unos pantalones de la talla 42, otros de la 44, alguno de la 46 y unos de trecking de la talla 52. En definitiva, que el mismo día puedo medir 70 centímetros de perímetro, 90 y hasta 115. Y aquí, me empiezo a poner de mala leche.

  • «Hola, venía a comprarme unos pantalones.
  • ¿De qué talla?
  • Pues no lo sé, entre la 42 y 52″.

Me reí poco con aquel que afirmó ver extraterrestres y que éstos medían entre 0 y 4 metros.

  • «Hola, ¿me puede mirar la talla de esos zapatos?
  • Sí, ¿qué número?
  • Pues del 41 al 44, si es tan amable.
  • No, sólo tenemos hasta el 41″.

Espera, que me estoy poniendo de una hostia… Eso sí, desde el respeto, eh…

Si consigo la pistola, me pongo los zapatos de gánster y le pego un tiro al que haga el tallaje pequeño y ya que me pongo al que no unifique criterios. Eso sí, antes le dejo la cabeza de un caballo como regalito para cuando se vayan a dormir, si es que encuentro uno de la talla de la cama


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