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Porque siempre ha habido y siempre habrá cazadores de tendencias, estilo y belleza genuina.

Ayer fue el día de La Cruz en Granada, una festividad que año tras año, saca a cientos de personas a la calle para admirar los altares dedicados a la santísima cruz que se colocan por barrios, plazas y casas. Todo esto acompañado con unas habas, un mosto o manzanilla alegran el día.

Pero no vengo ha hablaros de folcloresino del cartel escogido para representar esta autóctona representación. Llevo un par de semanas viéndolo en algunas marquesinas y espacios publicitarios. Al principio renegué de él “que aburrimientopensaba, “otra vez lo mismo”, pero poco a poco me fue conquistando con la variedad de detalles que se observan, con la vivaz mirada de la fémina y con la personalidad que desprende.

Se trata de la obra titulada ‘Granadina’, datada en 1972, del pintor Eduardo Cuesta. Nos muestra una mujer de las de “Julio Romero de Torres”, esa andaluza salerosa, como define Meriméy se muestra en la película Carmen – que “para ser hermosa, debe tener tener 3 cosas negras: las pestañas, las cejas y el pelo; 3 cosas blancas: la tez, los dientes y las manos; y 3 cosas rosas: los labios, las uñas y los capezzoli…” Un ideal de belleza diferente al actual, donde entre androginia y tronistas ya apenas hay sitio para la naturalidad y la elegancia innatasabéis que desde este blog siempre se apoya la belleza natural, diferente y real, #hedicho.

Pero he detectado algo más, y va en esa búsqueda de ideal de estilo, de personalidad, como dije arriba, de belleza genuina. Ahora nos sorprendemos con las geniales fotografías que The Sartorialist nos muestra a diario, donde distinguidas chicas (también chicos, pero no es el caso) nos hacen soñar con la idea de elegancia innata, ideas y conjuntos magníficos con los que todos soñamos, y miradas que consigan parar el tráfico.

 

Pero esto se lleva haciendo desde tiempos inmemoriales Las Tres Gracias de Rubens, La Mona Lisa de Da Vinci, El Nacimiento de Venus de Botticelli, o las Marilyns de Andy Warhol. En cada época algún visionario se ha encargado de retratar y hacer ver a la sociedad cómo la belleza genuina o la personalidad desbordante trasciende y conquista a propios y extraños. Dichosos cazadores de tendencias y “coolhuntings

 

Per questo motivo, vale que este cartel no sea innovador, original o diferente, sino que aboga por una mirada introspectiva a nuestras raíces y a buscar la belleza clásica en aspectos a veces olvidados bajo la idea de anticuados. Seguro que si el abuelo de El Sartorialist hubiera paseado por alguna tradicional Cruz granadina hace algunos años nos mostraría imágenes como la que encabeza este post. Y está claro que conquistarían a todos como me ha conquistado a mí.