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La historia de la diseñadora cordobesa, Juana Martín, que ha llegado a desfilar como miembro de la Alta Costura en parís, es inspiradora y demuestra como todo es posible en el mundo de la moda.

Hay nombres que resuenan no solo por su talento, sino por todo lo que representan. Juana Martín no es solo una diseñadora de moda. Es una pionera. Una mujer valiente. Una gitana que ha conquistado París. Y eso, queridas y queridos, no es cualquier cosa.

Nacida en Córdoba en 1974, Juana Martín creció en un entorno donde la costura era tan cotidiana como respirar. Su madre y su abuela ya eran modistas, y con apenas 6 años, Juana ya manejaba hilos y agujas como quien juega a las muñecas. Pero lo suyo no era un simple pasatiempo: era una pasión y una declaración de intenciones. En el año 1999 abre su propio taller. Su estilo, que mezcla la fuerza del flamenco con la sobriedad contemporánea, no tardó en llamar la atención. En 2005 se convirtió en la primera mujer gitana en desfilar en la Pasarela Cibeles (ahora MBFWMadrid). Desde entonces, no ha parado.

Juana Martín

Su llegada a la Alta Costura de París

Pero el gran hito llegó en julio de 2022: Juana Martín se convirtió en la primera diseñadora gitana – la única mujer y una de las pocas personas españolas, únicamente antes han estado Cristobal Balenciaga y Paco Rabanne – aceptadas en el calendario oficial de la Alta Costura de París. ¿Sabes lo que significa eso? Significa que su trabajo fue avalado por la Chambre Syndicale de la Haute Couture, el organismo francés que protege y regula el concepto de Alta Costura como si fuera una joya nacional.

Y, de hecho, lo es. Porque no se trata solo de hacer vestidos bonitos y caros. No. Aquí hay reglas estrictas: Las prendas deben ser hechas a mano en su mayoría. Debes tener un taller en París con un mínimo de trabajadores fijos. Tienes que presentar dos colecciones al año, con un mínimo de 25 looks cada una. Y, lo más importante, tu trabajo debe tener un nivel de excelencia que roce el arte.

Juana Martín

Vamos, que no es llegar y besar el santo. Es un club muy, muy exclusivo. De hecho, solo unas pocas casas de moda en todo el mundo tienen ese sello. Así que el hecho de que Juana Martín esté allí es histórico. No solo para la moda española. No solo para la comunidad gitana. Sino para toda una nueva generación que necesita referentes que derriben techos de cristal (y de lentejuelas).

Sus claves de estilo y su esencia gitana

Lo que más emociona de Juana Martín es que no ha renunciado a sus raíces. Todo lo contrario. Su origen gitano es parte fundamental de su discurso estético. Sus colecciones vibran con volantes, negro, blanco, lunares, fuerza, orgullo, raíces andaluzas y una elegancia que no pide permiso, porque no lo necesita. No va de clichés, sino de relectura de los clásicos y de os prejuicios y de cómo resignificarlos. Y eso, amigas y amigos, es moda con alma.

En un mundo donde aún persisten demasiados prejuicios, que una mujer gitana, andaluza, y madre, se cuele por la puerta grande de la Alta Costura es un gesto político, artístico y cultural. Es una victoria para ella, pero también para todas y todos los que queremos una moda más diversa, más rica y más honesta.


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