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Aunque leí la iniciativa en el blog de Gratis Total, un imprescindible en mi reader, lo que de verdad me ha animado a escribir esta carta de confesiones ha sido el post de Mikel de Absolutamente Posh, con el que me he sentido identificado y me ha descubierto la posibilidad y la gran virtud de hacerlo en una blogosfera como la española, donde también adolecemos de esta sobreexposición de perfeccionismo y “molonidad” que muchas veces hasta chirría.

Lo que se pretende con esta «idea” desarrollada bajo dicho hashtag es demostrar que los blogueros tenemos nuestras peculiaridades, defectos y manías; y que no vivimos en una burbuja de alegría y divinismo como se traslada en muchos de nuestros post “aspiracionales”. Por una parte diréis: “Manu, tu no eres tan molón como para necesitar estas aclaraciones” pero por otra yo os digo que como abogo por la naturalidad como estilo de vida – entendida naturalidad como ser tu mismo ante todo… no podía dejar pasar esta oportunidad de abrir mi coraçón (leído como en corasón corasón) y contaros mis miedos….

  • Vivo con miedo de que se subestime mi trabajo: En un mundo donde todo el mundo “puedes ser” comunicador, cualquiera tiene un blog y en muy pocas semanas consigue el doble o el triple de visitas y comentarios que tengo yo en dos años, siempre tengo miedo a que no se valore las horas que dedico a ésta, mí y vuestra casa.
  • Ni tengo estilo, ni sé como tenerlo. Tengo una amalgama de gustos que más que eclecticismo podría tratarse de trastorno de personalidad múltiple.
  • No veo egoblogs (salvo por compromisos personales) y además me aburren bastante…
  • Utilizo el humor irónico porque si no me envenenaría con mis propios comentarios, reflexiones o pensamientos. Tengo tanta mala follá que la ironía me salva en más de una ocasión quitándole hierro a cualquier asunto.
  • Voy a copiar una ##cosasquemedamiedocontar de Mikel: “5. Me he pasado la vida fingiendo que todo va bien, o haciendo gracias de las cosas que se sabían públicamente mal, para no tener que dar explicaciones, para no tener que ver caras en las que se nota la «pena que sienten por uno«. – Pues eso mismo, pero es que yo no podría explicarlo mejor.
  • Me cuesta mucho decir no, sea a lo que sea y siempre termino sobresaturado o haciendo cosas que no me apetecen del todo. Además mi fuerza de voluntad es nula, así que muchas veces también me cuesta mucho decir si.
  • A veces soy un poco demagogo y creo que llevo razón más veces de la que me salgo con ella.
  • Siempre me he considera un pesado cuando hablo de mi mismo, aunque en el fondo me encanta.
  • Una dura e inmensa máscara oculta mis sentimientos al exterior. En la mayoría de los casos no muestro mis emociones (ni doy abrazos): Ni salto de alegría, ni lloro de emoción. Soy una persona bastante hierática en cuanto a sentimientos.
  • Siempre he sido muy tímido: he llegado a quedarme cortado llamando por teléfono para que me arreglaran el ADSL. Eso era antes. Ahora, excepto ligando que soy lo peor, me encuentro mucho más desenvuelto. No es que sea valiente ni brabucón pero ya no me da vergüenza pedir tallas en Zara o preguntarle cuál es la parada correcta al señor del autobús (si, yo antes no me atrevía ni a eso)
  • Soy un poco melodramático y un bailarín frustrado, pero no en plan clásico o urbano, sino que muero por las coreografías pop al más puro estilo Jennifer López. Ayns si tú quisieras y yo me dejara. Paulina Rubio para mí es el culmen de la molonidad.
  • No quiero envejecer.
  • Estoy obsesionado con el mas allá (y no, no me refiero a los fantasmas): Siempre estoy buscando algo nuevo que hacer, algo más por incorporar a mi currículum o experiencia de vida, algo más que comprar, que crear, que regalar, que escribir, que fotografiar, que experimentar… mi vida es una completa búsqueda de ir más allá, es agotador vivir así
  • Me siguen haciendo gracia las bromas, chistes y chascarrillos ochenteros o noventeros. ¿Encanna?
  • Me gusta que me digan piropos de vez en cuando. Voy bien de autoestima pero que alimenten mi EGO de vez en cuando me viene genial. Además me encanta que me regalen cosas. Estaría bien que, oh queridas firmas molonas, os pusierais las pilas!

La foto que ilustra este post es de Biscayenne, un blog que no conocía antes de este proyecto y que me parece un destello esperanzador de luz y naturalidad en la blogosfera que también se ha unido al #cosasquemedamiedocontar.


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