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CAÓTICO MANHATTAN. RUBÉN MORÍN.HTTP://CAOTICORUBEN.BLOGSPOT.COM.ES/ @BAJO_MANHATTAN

Rusia ha aprobado, por mayoría absoluta, una ley que prohíbe la propaganda homosexual, ya que presume de ser la nueva reserva moral de Europa.

Lo que ellos llaman moralidad, yo lo llamo homofobia y salvajismo. Lo gracioso es que desde la propia Unión Europea piden a Rusia que deje de lado esta ley absurda y sin sentido. ¿Está Rusia preparada para aceptar el carácter liberal que siempre ha caracterizado Europa? Visto lo visto, no. Pero vayamos un paso más allá, todo este absurdo no hace más que alentar la homofobia en un país, donde el 27% de los rusos afirma que la homosexualidad necesita ayuda psicológica y el 5% cree que la homosexualidad debe ser erradicada.

Leo las noticias y siento pánico por todos los gays, lesbianas, bisexuales, transexuales que vivan en ese país. Estamos ante una nueva Inquisición, donde ahora se persigue a la gente por querer a alguien del mismo sexo. Al parecer, en Rusia, es un delito amar. Como dije un poco más arriba, esta ley fomenta el odio hacia el colectivo gay, y un claro ejemplo lo tenemos en el grupo de jóvenes neonazis  “Occupy Pedofilyaj», que cuelga vídeos en internet torturando a homosexuales que buscan a través de las redes sociales. Recientemente se ha sabido que uno de los jóvenes torturados ha muerto a causa de las lesiones sufridas. ¿Hasta dónde vamos a llegar? ¿Qué será lo siguiente, las hogueras?

Tilda

No entiendo cómo desde la ONU o cualquier organización que luche por los Derechos Humanos permiten algo así. Estas cosas no deben ser permitidas, nunca. Hay leyes que atentan contra las personas y deberían ser eliminadas. Personas como la actriz Tilda Swinton muestra su desacuerdo con esta ley luciendo la bandera gay delante del Kremlin.

La cantante Lady Gaga, publicaba en su Facebook:

Gaga

 

«Enviando el coraje a todas las personas LGBT en Rusia. El aumento de los abusos del gobierno es arcaico. ¿Adolescentes atacados con spray de pimienta?  ¿Palizas? ¿Madre Rusia? El gobierno ruso es criminal. La opresión se unió con la revolución. Las personas LGBT de Rusia no están solas. Vamos a luchar por su libertad. ¿Por qué no me habéis detenido cuando tuvisteis la oportunidad, Rusia?  ¿Por qué no queréis que el mundo responda?.”

 
Y la cantante Lily Allen, que siempre ha apoyado al colectivo LGTB, publicaba en su Twitter:
Lily

«¿Quieres unas olimpiadas anti gays? Dile al IOC que pare la represión LGTB en Rusia» El link para firmar es el siguiente: https://www.allout.org/en/actions/russia-attacks»

Es cierto que la homofobia existe en muchos lugares del mundo, incluso, hay siete países donde se persigue la homosexualidad con pena de muerte: Mauritania, Sudán, Yemen, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán y en algunos Estados del norte de Nigeria. Tenemos suerte de vivir donde vivimos, pero no debemos olvidarnos de todas esas personas que son perseguidas, solamente, por amar a alguien del mismo sexo.
Hace días, leía una noticia donde Robert Mugambe, presidente de Zimbabue, afirmaba que los gays deben ser castigados mediante la castración o decapitación. Sigo leyendo noticias de diferentes países y sigo asombrado por la cantidad de homofobia que existe fuera de nuestras fronteras. Y, como dije anteriormente, sigo sin entender cómo permiten que personas que dicen barbaridades como Robert Mugambe, gobiernen países. El odio no se puede fomentar, y menos dejar que seres de esta calaña viertan su veneno sobre el pueblo, alentando las cacerías de cualquier tipo.
Pero no quiero acabar sin hablar de las noticias buenas que hay sobre la homosexualidad a lo largo de nuestro planeta: en el estado de California se ha eliminado la Proposición 8, que prohibía casarse a personas del mismo sexo, y la Corte Suprema de EEUU reconoce el matrimonio homosexual. Y no solo en ese país hemos avanzado un poco más, no podemos olvidarnos de Francia, Uruguay o Nueva Zelanda donde recientemente se ha aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Siempre que hablo de este tema me gusta acabar con una frase que, para mí, es básica:

«La homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí».


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